esquinas demandando direcciones en paredes sin sentidos
acorralan inundando las preguntas de la tierra
en la ubicación universal en que aun el hombre no da cuenta
de existencias extraídas del exacerbo exagerado de las equis.
el glorioso reencuentro del amante es por fe
“la golondrina segada,
en su nido no alimenta ya a las crías”
dependiente del deseo es el hombre jubiloso
que a palabras rebuscadas de su pecho abandonado .
“es desde el año de los ceros el ferviente
que desde nunca dibujó ese siempre”.
hay preguntas que huyeron de sus respuestas
atrapadas en el acertijo de lo incierto
“he atrapado en cada mirada de la tierra
la existencia inexistente”
no llenaré el vacío de tus pozos con mis palabras
porque si no crees del agua,
ya no hay nada.
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